Un dios hastiado que viene de principios y destrucciones de universos da inicio en el desierto a la creación del hombre. Lo hace ante testigos horrorizados. Ambos, creador y creado, se temen y desconfían. Es el principio de la Historia, con el pueblo judío como símbolo de padecimientos universales, degradaciones, matanzas, exilios, humillaciones, la búsqueda de la salvación a través de profetas extraviados, rabinos pedantes, sabidurías arcanas y conjuros, Cábala o mesías. En una Buenos Aires feudal del siglo XX, en la era de los fascismos, en el barrio del Once, existe un gueto. Unos ojos voladores vigilan todo planeando en el aire saturado de carbón, provistos de nervios ópticos como telarañas. Surge el enésimo principio: el de una revoluc
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