El individuo humano, y no sólo para defenderse del frío, protege su cuerpo con prendas de vestir, entre las que cabe distinguir entre la «ropa interior» y los vestidos y los trajes, que se ven; protege también su vida cotidiana con puertas –las de las habitaciones de la casa, la del piso, la del portal de la calle–; la protege también con vallas y setos –los que defienden el espacio de los habitantes de una urbanización, por ejemplo–, con murallas y fronteras. La «habitación propia» reivindicada por Virginia Woolf para la mujer la necesita también el hombre. Una voz abandonado el espacio inaugural, el espacio de dos, «la interior bodega», el individuo humano lleva siempre consigo una especie de «habitación propia»: la «guarda» de este espacio está encomendada a la cortesía.
Cual un tesoro escondido, desenterrado,... ...
Ver Líneas de fuga - Félix Guattari - Editorial Cactus en detallePara Deleuze, la clave de lectura... ...
Ver La Subjetivacion. Curso sobre Foucault Tomo III - Gilles Deleuze - Editorial Cactus en detalle¿Por qué una fenomenología del... ...
Ver Fenomenología del fin - Franco "Bifo" Berardi - Caja Negra en detalleDe Kant en adelante, la tarea más... ...
Ver Foucault más allá de Foucault - Sandro Chignola - Editorial Cactus en detallePOR MOTO EN CABA Y MERCADO ENVÍOS Y OCA AL RESTO DEL PAÍS
DESCUENTO DEL 5% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos