Este libro pone entre signos de interrogación el nudo de saberes nacionales conformado por “las islas” y la guerra. A través de la alegoría, aunque no siempre, Carlos Godoy imagina donde la letra de la historia y las narrativas oficiales parecen apropiarse de todo: levita sobre lo tácito, explota lo que está implícito y cava hondo en la fosa de sentido abigarrada en la memoria colectiva. “Nuestra tierra puede verse desde el cielo como dos manchas de un test de Rorschach separadas por apenas un pequeño espacio en blanco”, inicia la novela solo para, a partir de ahí, encaramarse en la ficción como hecho político de apropiación (y recuperación) del territorio. Habitar las islas, en Godoy, es escribirlas; aun cuando lo no escrito hace aparecer.
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos