Una conejita con pollera, lápiz labial y tacones. Otro conejo con botas, pantalones y corbata. Así es fácil saber quién es una niña y quién un niño. Pero, ¿qué pasa si la niña quiere llevar botas para cruzar el arroyo? ¿Y si el niño necesita tacones para ser más alto? Cambiarse de ropa es divertido, pero ¿cómo saber quién es niña y quién es niño? La respuesta es ¿a quién le importa?
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos