Un hombre intenta recordar el cuerpo de quien lo acompañó toda su vida, pero fracasa una y otra vez en el intento. La silueta, la mirada, la esencia del otro se difumina y hace polvo. La enfermedad ha deteriorado su cuerpo y sólo logra cristalizar algunas imágenes: los parques que solía visitar, las diagonales que transitó, acordes de canciones que marcaron su vida. En ese merodeo insistente comienza a emerger, como una marea, la presencia de Sémele, su compañera. El rostro de ella se esculpe en la página y lo lleva a confrontar su presente: descifrar su propia muerte que es, al mismo tiempo, la muerte del recuerdo, la muerte de ambos. Mezclando flujos de conciencia, una reflexiva prosa poética y agudos versos, Alejandro Entrala debuta lite
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos