Ante la muerte de su amada esposa, Kotaro —a quien le ha sido negado el don del llanto— decide contratar a las hermanas Izumi para que lloren la ausencia de Oriko como ella merece: de mañana, de tarde y de noche, sin descanso. Pero las muchachas han sido entregadas por su padre a la demencia de un lunático usurero, el gigante Kazuma, poeta perverso que, junto a sus cuatro monos nihonzaru, las tiene esclavas en su árbol, sometidas a delirantes y obscenos caprichos que recopila en un libro erótico narrado e ilustrado por él mismo. Shunga remite, desde su propio título, a las clásicas estampas japonesas cuyo tema central son extraños encuentros sexuales con acrobáticas posturas que suelen involucrar la presencia de criaturas fantásticas.
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