Alberto Fuguet entregó el perfil de Gustavo Escanlar en algún momento de agosto de 2011. Tenía cincuenta páginas, 104.037 caracteres y, debajo del título –Todo no es suficiente–, había tres líneas, a modo de bajada, que decían: “La corta, agitada, intensa, escindida, border, sobregirada, adictiva, consumista, mediática, tímida, ambigua, aterrada, desperdiciada y autodestructiva vida no-literaria de Gustavo Escanlar”. Era un texto genial, desbordado, eufórico y tristísimo, que hablaba no solo de Escanlar sino –sobre todo– de la relación de Fuguet con Escanlar (y con su fantasma), de los entresijos y dificultades del reporteo, y de cómo un escritor muerto había pulverizado la (relativa) tranquilidad de un escritor vivo. […] Aquel perfil genia
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos