Los postigos están cerrados;las llaves de las habitaciones, echadas. Reina el silencio. Desde esa penumbra comienza nuestra protagonista el relato de su vida. Annetta tiene un cuerpo mínimo, sus huesos no crecen. Esa pequeñez avergüenza a la bella y elegante Sofia Vivier, su madre, una mujer rodeada de misterio que vive como una huésped en su propia casa. Sofia se calza con terquedad su papel de madre, pero empapa a su hija día tras día de una infelicidad vaga y abstracta. Por otro lado, el padre es para ellas un extraño. La llegada a la casa de Clara Bigi, que viene para establecer un orden, lo pone todo patas arriba: con sus imposiciones duras y absurdas comienza a desmoronarse el mundo de la pequeña, quien se siente cada vez más atrapada
CORREO ARGENTINO
DESCUENTO DEL 10% POR TRANSFERENCIA BANCARIA
Protegemos tus datos