«Soy raro, soy deforme», escribe Matías Fernández Burzaco y no le teme a las palabras, porque sabe que en la corrección no está la verdad: él quiere ser sincero y retorcido.
Fernández Burzaco, que padece una enfermedad que le impide la libertad del cuerpo, se pone en la piel de quienes lo limpian, lo levantan, lo custodian… Ellos son Los despiertos.